Siguen las negociaciones para aprobar la tercera revisión del acuerdo con el FMI

Una comisión integrada por el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, y el jefe de asesores del Palacio de Hacienda, Leonardo Madcur, se encuentra en en Washington ultimando los detalles para lograr la aprobación técnica de la cuarta revisión del programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a partir de la cual se liberará a mediados de marzo el primer desembolso del año, el cual asciende a US$ 5.400 millones.

En lo que va del año, la Argentina ya giró al FMI cerca de US$ 3.200 millones, que forman parte del total de vencimientos por US$ 19.850 millones de dólares que la Argentina deberá afrontar con el organismo multilateral a lo largo de este año. Dicho monto será abonado con los desembolsos del programa de Facilidades Extendidas vigente.

Actualmente se está analizando el cumplimiento de las metas del cuatro trimestre de 2022, año que la Argentina cerró con un déficit primario del 2,4% del PBI, lo que implica un sobrecumplimiento de una décima, ya que la meta acordada con el Fondo Monetario fue del 2,5%. Además, el país también cumplió con las metas pactadas para 2022 respecto al nivel de reservas y los adelantos transitorios del Banco Central al Tesoro, afirmaron diversas consultoras privadas.

Se estima que cerca del fin de semana finalizarán las negociaciones técnicas que permitirán que la titular del FMI, Kristalina Georgieva, eleve el documento para su aprobación en el directorio del organismo, en un encuentro que se llevaría a cabo en las últimas semanas de marzo próximo. La aprobación del documento liberará el desembolso para la Argentina de 5.400 millones de dólares.

Para 2023, la meta de déficit primario es de 1,9% del PBI, con un tope a la asistencia del Banco Central al Tesoro de 0,6% del PBI. En las últimas negociaciones, el Gobierno planteó en las discusiones en Washington la necesidad de tener en consideración el impacto de la sequía en la cosecha agrícola y, consecuentemente, en el ingreso de divisas, así como la continuidad del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, y sus consecuencias sobre los precios internacionales de la energía y los costos de transporte y logística.

En este sentido, el ministro de Economía, Sergio Massa, manifestó a mediados de enero pasado que el FMI no estaba cumpliendo con su compromiso de revisar los costos de la guerra en Ucrania:

“Argentina cumplió su programa, pero el Fondo Monetario no está cumpliendo con Argentina el revisar cómo van a compensar a los países que pagaron el costo de la guerra con su economía. Es un problema a resolver”, consideró Massa.

A un año del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, los cálculos oficiales arrojaron que la misma le costó a la Argentina al menos US$ 5.000 millones de dólares. Según documentos de trabajo oficiales, las importaciones de combustibles sumaron US$ 5.800 millones en 2022, contra los US$ 2.000 millones proyectados antes del inicio de la guerra, lo que resultó en un incremento neto de US$ 3.800 millones.