Segundo mes de caída en el consumo minorista

Las ventas minoristas cayeron en febrero un 0,9% frente al mismo mes del año pasado, acumulando en los dos primeros meses de este año un descenso del 0,6%, informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Según el Índice de Ventas Minoristas Pyme confeccionado por CAME, las ventas del mes se concentraron principalmente en bienes y servicios relacionados con el sector turismo. A su vez, se registró un fuerte aumento en los precios de los Alimentos, liderado por el incremento en la carne vacuna, cuyos precios crecieron un 25% en promedio. Estas subas redujeron la capacidad de compra para otros productos, afectando el desempeño del mes.

En la comparación anual, se observa que de los siete rubros relevados en febrero, sólo crecieron Farmacia (7,9%), Alimentos y Bebidas (2,6%) y Perfumerías (1,7%).

En tanto los demás sectores presentaron caídas, siendo el más importante el de Textil e Indumentaria (11,0%), seguido por Bazar, decoración textiles del hogar y muebles (3,4%), Ferretería, materiales eléctricos y de construcción (1,1%), y Calzado y marroquinería (1,1%). Este dinamismo moderado se explicaría en parte por los registros del primer semestre del año y por el impulso de fin de año, ya que diciembre fue un mes con saldos positivos.

A partir del relevo mensual entre 1.135 comercios minoristas de todo el país, se obtuvieron los siguientes resultados:

1) Alimentos y Bebidas. Las ventas crecieron 2,6% anual en febrero, pero cayeron un 1% en la comparación mensual. En lo que va del año, acumulan un aumento del 3,1%.

Los comercios más afectados son los que se dedican a la venta de productos frescos, particularmente carnes y derivados, y frutas, dado que percibieron subas de precios fuertes en el mes y no pudieron trasladar al público la suba completa para no afectar la magnitud de las ventas.

2) Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles. Las ventas en febrero cayeron 3,4% anual, y acumulan en lo que va del año una caída del 1,9%. El desempeño estuvo sujeto a la locación de las ventas: las mueblerías en “ciudades universitarias” como Rosario, Córdoba, La Plata, Mendoza, Paraná o Ciudad de Buenos Aires, reportaron buenos niveles de ventas muy orientadas al amoblamiento de departamentos de jóvenes estudiantes. El resto, en general, no tuvo un buen mes y se manifestó afectado por el feriado de Carnaval y la inflación.

3) Calzado y marroquinería. Las ventas en febrero disminuyeron 0,8% anual, pero subieron un 1,8% mensual, por lo que la variación acumulada en los primeros dos meses del 2023 dio -1,6%. El inicio del ciclo lectivo colaboró al dinamismo del mes, y se espera que en marzo incidan el comienzo de las actividades deportivas y de las reuniones formales y laborales que generar un mejor clima de demanda. No obstante, los comercios señalan que no será fácil remontar si no mejora el poder adquisitivo de la gente.

4) Farmacia y perfumería. Las ventas en febrero crecieron 7,9% anual, pero retrocedieron 2,5% mensual. Se reportaron más faltantes de medicamentos que en enero y una mayor preferencia hacia los genéricos para compensar las subas de precios. Según informaron desde CAME, “algunos encuestados comentaron que febrero y enero fueron similares y la diferencia en la variación negativa mensual estuvo en el cierre de algunos días por vacaciones del segundo mes del año y al calor, que sacó más gente de las calles de lo habitual”.

5) Ferretería, materiales eléctricos y materiales de la construcción. Las ventas cayeron 1,1% anual y 1,5% en la comparación mensual. Los encuestados indicaron que la demanda está baja porque los precios quedaron altos, a raíz de lo cual la gente compra lo necesario, demora arreglos y recambios. En febrero hubo menos faltantes que en enero, en parte porque los negocios están decidiendo invertir en stock para evitar faltantes temporales.

6) Textil e indumentaria. Las ventas retrocedieron 11% anual en febrero, y acumulan una caída del 12,7% en lo que va del año. Los precios se mantuvieron más estables, con pocos ajustes, pero de todos modos la demanda no repunta. Para el consumidor promedio la ropa quedó “cara” en relación a su ingreso.